La columna de Ildiko – La gran ocasión: escritores y lectores en busca de su palabra
Ya comenzó la feria internacional del libro en Buenos Aires y es casi la única conversación en el ambiente literario. Es una fiesta. Es la gran ocasión. Encuentro entre lectores y escritores, libros y lecturas… las parejas perfectas en un ámbito poblado de personas que van y vienen en un ritmo frenético y comprar desesperadamente. El discurso inaugural, a cargo de Luisa Valenzuela, versa sobre la importancia de las palabras. Recuperar el valor de la palabra. Cito a Luisa, en una entrevista que le hicieron del diario página 12: Tenemos que recuperar el poder de la palabra y darle a la palabra el peso que tiene.
Acaso para eso escribimos: para encontrar, fortalecer, recuperar el valor de lo que decimos. ¿O es porque algunas voces nos persiguen y sólo podemos acallarlas cuando las vemos en la pantalla? ¿O escribimos para olvidar? ¿Tal vez, porque tenemos dificultades con las palabras y las ordenamos, las sopesamos, las combinamos… jugamos con ellas?
Cada quien tiene su razón (acaso, también, su sinrazón). Sin embargo, aunque no coincidamos con los objetivos, o las estéticas, o los géneros, los soportes o los formatos; continuamos haciéndolo. Escribimos y leemos con una pasión única. Porque somos únicos y diferentes. Por eso una feria es una fiesta: nos encontramos con personas que comparten un rasgo de esa pasión.
Leer y escribir son partes inseparables de un mismo deseo (vinculado con aquellas preguntas que me hice/te hice recién). Son actividades que, generalmente, se realizan en solitario, en silencio, en un estado de relajación e introspección. Necesitamos del espacio para construir nuestra fábrica de historias con herramientas que van de un diccionario a una novela, o de un cuadernito de apuntes de tapa blanda a una computadora de última generación; de un lápiz negro escolar a una pluma heredada de un abuelo austro-húngaro.
He descubierto, a fuerza de responder las mismas preguntas incontables veces, que siempre interesa más la visión personal, la historia particular o la anécdota privada. Esa sostenida intimidad que se produce en el momento en el que una idea se traduce en palabras y esas palabras se articulan formando un texto… es importante a la hora de escribir, de leer, de hablar o de escuchar. Solo hacemos esas actividades cuando existe algo que nos involucra o identifica.
Soy una mujer en busca de su palabra, y esa búsqueda es a través de la lectura y de la escritura (en esa sostenida intimidad con el libro o con la libretita). Pero hay un momento en el que debo hablar (y escuchar) sobre esa obra que se convirtió de unas hojas sueltas en un libro con personalidad y vida propia. Un objeto amado que dejó de ser mío, de mi propiedad y pasó a ser del lector. La preocupación, entonces, es ¿quién es/quién será el lector de mi libro? ¿Existirá? ¿Alguien en el universo estará buscando su palabra y podrá encontrarla en las mías?
Para eso sirven estos grandes eventos. Para preguntarnos. Encontrarnos. Y seguir buscando.