29 octubre, 2024

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Un concierto de lujo, en la

intimidad del Teatro Mitre

Por Lorena  Martínez Brajer

 

La bahiana Maria Creuza brindó un show el viernes último en el teatro Mitre con la misma energía que en la de sus inicios en los setenta. Con la misma potencia en su voz, como si los años no hubiesen pasado para ella, deleitó a la audiencia jujeña con sus  temas más famosos que hicieron que el mundo la conociera y adorada.

Entre anécdotas y la calidez que la caracteriza, presentaba cada una de las canciones subrayando su origen y su autor, el gran Vinicius de Moraes, poeta y músico con el cual compartió prácticamente toda su carrera artística. No sólo lo nombra como su compositor, sino como su compadre favorito, padrino de lujo, mentor y  quien firmó su suerte y destino musical.

Esta brasilera apasionada con su corazón dividido, mitad bahiano, mitad carioca, conquistó al público argentino en “La Fusa”, hace cuarenta años, motivo por el cual no se cansa de agradecer este reconocimiento con el país y la gente  que la recibe con los brazos abiertos.

Con el acompañamiento de un bajo, batería y el teclado bajo ejecución de su marido, Víctor Vélez, la cantante plasmó la esencia del samba y bossa nova por el escenario invitando al público a que cantara los estribillos más pegadizos de sus interpretaciones. Con un poco de introversión, pero con alegría desde las butacas del teatro se escuchaba que hombres y mujeres entonaban la frase que para los argentinos en cuasi un himno de la música brasilera” Voce abusou”.

María expresó su deseo de pretender ser una invitada en la casa de cada uno de los presentes, provocando: ”Quiero que canten conmigo, para homenajear a mi poeta, quien dejó este extraordinario legado, para que yo pudiera seguir cada vez con más emoción”.

El repertorio fue el esperado por la gente, con los temas más solicitados, entre los cuales estuvieron presentes “Garota de Ipanema”, “A felicidade”, ”Tarde en Itapoa”,” Onde anda voce”, “Eu sei que vou te amar”, “Se todos fossem iguais a voce”, entre otros.

Cada una de las interpretaciones no comenzaban sin nombrar a todos los que en su momento la acompañaron como es el caso de Toquinho, Tom Jobim, Djavan, quienes también se llevaron un sentido  aplauso por parte del público al ser mencionados.

A través de este idioma universal que es la música, donde las fronteras lingüísticas  no existen, hubo una conexión y una intención muy bien lograda, al revivir momentos. Se sintió como algo mutuo en el aire y como un objetivo de la cantante. Mientras ella cerraba los ojos , tomaba aire profundamente y se lanzaba a acariciar con su voz, como le decía Vinicius, daba la impresión que la audiencia también se transportaba a un momento único en el tiempo pasado con su historia particular.

En el cierre de su show, Maria Creuza, agradeció a los jujeños, prometiendo regresar y con un pedido muy especial: “Quiero que me sigan queriendo”.

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