Un análisis minucioso del mercado del arte
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En el libro La supermodelo y la caja de brillo, Don Thompson, economista estadounidense, analiza minuciosamente los diversos componentes que hacen al mercado del arte contemporáneo, en el que desfilan sumas de dinero astronómicas, glamour y grandes operativos de marketing.
«Como economista y entusiasta del arte contemporáneo, llevo mucho tiempo perplejo por la alquimia que hace que un Warhol esté valorado en 63 millones de dólares, en lugar de 5, o incluso 100.000», advierte en las primeras hojas de este texto (publicado por Paidós).
Pero atención, Thompson es economista y profesor en escuelas de negocios en universidades como Harvard y Toronto, y en ese sentido se encaminan sus análisis alrededor del arte, que si bien son rigurosos, documentados, lúcidos, plagados de anécdotas coloridas, hablan del mercado del arte, no del arte.
Y él mismo lo aclara: «Este libro trata de los temas que giran en torno al sector más alto del mercado: de coleccionistas, artistas, casas de subastas, marchantes y de precios».
A juicio de Thompson enumera la existencia -en todo el mundo- de diez mil museos, instituciones artísticas y colecciones privadas, tres mil salas de subastas, 425 ferias de arte y 17 mil galerías comerciales en el mundo entero.
“La supermodelo» por ejemplo, es la curiosa obra de arte vendida en 2,4 millones de dólares en noviembre de 2010, que en realidad se llama «Stephanie» realizada por el artista Maurizio Cattelan, de más de un metro de alto, y que sirve de disparador para adentrarse en este fascinante mundo.
Se trata de un copia en cera del cuerpo real, desnudo, de Stehpanie Seymour, ex supermodelo, portada de 300 revistas, ex novia de Axel Rose y protagonista del video «November Rain» de los Guns N’Roses. Con todos estos datos el autor analiza el marketing fundamental detrás de cada subasta.
Datos, números, estadísticas se entrecruzan con información, precios de subastas y nombres de artistas, para brindar una radiografía del caprichoso mercado de arte: «La mitad de las galerías que se anunciaban en un ejemplar de hace 15 años de la revista Artforum ya no existen. Tres cuartas partes de los artistas mencionados en la revista ya no tienen representación alguna en las galerías importantes. De los mil artistas que han presentado exposiciones serias en galerías de Nueva York y Londres durante los años 90, no más de 25 aparecieron en subastas nocturnas de Christie’s o Stheby’s en 2013».
«¿Serán importantes estas obras de arte dentro de 25 años? ¿Doblará su valor esta obra de arte dentro de siete u ocho años, como lo haría una cartera de acciones de un riesgo moderado? Para la mayor parte de las obras de arte, la respuesta es no», enfatiza el autor de nueve libros sobre marketing y economía, dispuesto a pensar el arte como una inversión.
Thompson dedica también un largo capítulo al tema de la autentificación de las obras de arte, a partir del ejemplo de las cajas de brillo a las que alude en el título de su libro.
«Brillo Soap Pads Box» es el título de las cajas de brillo que en 1964 Andy Warhol exhibió en una galería, exactamente iguales a las que se vendían en la góndola del supermercado, cuestionando la originalidad de una obra y provocando «el fin del arte tal como había sido entendido hasta entonces», según las palabras del crítico estadounidense Arthur Danto.