4 diciembre, 2024

La reflexión de Viky Mamaní

 

VIKY MAMANÍ
Actriz, poeta, artesana,
fundadora y directora del Grupo Senda.

 

 

En la olla de barro

arde el cerro.

Las manos que la hicieron plantaron las habas que en el brasero se cuecen.

Tejieron la manta que te abriga.

Están juntando semillas para el tinte.

Ella, ellos.

Solo habas hoy.

Mañana… igual… cantan-

– Lo  cotidiano, la vida, el teatro –

Fiesta en el caserío. Máscaras. Peleas.

El tigre enfrentado al toro.

El chancho se abalanza y el zorro escapa riendo.

Todo es juego, alegría, canto, bebida y baile.

Hoy el grito es risa.

Mañana serán otra vez parte del río.

Ellas… ellos… una historia, agua que se va.

– Lo  cotidiano, la vida, el teatro –

Así, sencillamente en el ahora viven…

Cuentan su historia.

Así, sencillamente, en el escenario, en algún lugar los actores contamos historias.

Y así confusamente, también nos cuentan las noticias: “Un niño muere, según parece, de un balazo en la nuca, al decir de familiares y amigos” (textual). “Una mujer, reconocida activista… negra, lesbiana habría sido muerta en confuso episodio” (textual).

El potencial usado habitualmente por los medios de comunicación, nos acostumbra a la incertidumbre.

Las noticias dicen que dicen que podría, al decir de alguien que habría escuchado de otro, que al parecer…

Es muy gracioso y patético para el que quiere información veraz para entender, evaluar, opinar con sentido  crítico.

¿Es político lo que estoy escribiendo?… Perdón el tema es solamente teatro. ¿Y en el teatro solamente no está implícita la política?

Sucede que cuando decimos política fruncimos la nariz (en el inconsciente colectivo solo pensamos en el que ejerce el poder según sus propios criterios e ideología  política de partido).

 

¿Por qué me explayo en esto?  Porque el hecho más relevante en el teatro regional, que elegí como tema, no se entendería como pretendo sin un contexto. Aun así, asumo el riesgo de que pueda entenderse otra cosa o lo contrario de lo que pretendo.

En el teatro jujeño (me resisto a delimitar, pero no puedo generalizar), digamos Argentina, asistimos a sucesos teatrales que presentan similitudes con otros acaecidos en otros momentos; como parte fundamental de nuestra historia.

El teatro es subversivo (aun asusta esa palabra: señalar, nombrar a una persona o grupo como subversivo es hablar de violencia, secuestro, maldad). Sin embargo, estudiosos del significado de subversivo en el transcurso histórico, señalan que: “se trata de un delirio semántico, epíteto relacionado con apátrida, brujas, ateos, locos… que autorizaba a una caza de brujas o endemoniados que pensaban distinto, cuyo destino final era el encierro o la hoguera- tal el caso de Juana de Arco que, paradójicamente fue consagrada santa por la misma institución que la asesinó”.

Otro significado es: “grupo de personas reunidas para derrocar un gobierno y tomar el poder por la vía armada”.

En este caso me refiero, simplemente, al comunicar desde la subversión del arte.

En la parte superior de los mensajes que cada año emiten diferentes artistas, invitados por el Instituto Internacional del Teatro (I.T.I.) leemos lo siguiente: “El teatro conmueve, ilumina, incomoda, perturba, exalta, revela, provoca, transgrede. Es una conversación compartida con la sociedad…” (Quizás este texto sirva para aclarar algo de mis palabras).

¿Por qué surge de pronto una bandada de jóvenes buscándose para ensayar, comunicarse, comunicar?

¿Cuándo surgieron los mayores movimientos teatrales? Durante las crisis, las guerras, el autoritarismo… Y así surgió Teatro Abierto; ni las bombas que destruyeron completamente el Teatro del Picadero  pudieron frenar las ansias de subvertir prácticas ideológicas destructivas. De la misma manera surge Teatro por la Identidad; Teatro Comunitario y otros movimientos.

Estos jóvenes jujeños (homosexuales, hombres, lesbianas, mujeres, travestis, etc.) humanos, son disciplinadamente rebeldes, ordenadamente revoltosos. Subvierten hasta el significado de la palabra.

El 8 de marzo salieron a la calle. ¿A pedir leyes que los protejan? ¡SÍ! Pero leyes contundentes, responsables, con un presupuesto acorde. No un número en el que nadie atiende; o la perimetral que da risa;  el botón antipánico que es una burla.

Salieron a exigir el lugar que merecen en todos los ámbitos.

Sin violencia, con poesía, sin insultos con coplas, sin miedo… Con teatro!

Eso salió a gritar La Revuelta Teatro junto a otros grupos independientes: Las Fuegas, incendiaron el aire con sus cantos; El Colectivo Teatro, La Mar en Coche, que más que coches eran caballos que volaban…

Actrices, actores, junto a artistas de otras disciplinas, ensayando con sus hijos, sus problemas, su cansancio, conciliando igualdad con libertad en una convivencia solidaria. ¡Maravilloso!

Los jóvenes de los que hablo con tanto fervor tienden a creer que solo el arte en la calle sirve. Pero el teatro de obras, en la sala, es tan necesario como el de ellos.

Por eso quiero señalar también como hecho relevante en el teatro jujeño, a los grupos independientes que este año eligieron obras que trataron sobre la violencia de género, el amor entre dos mujeres, El Apagón (importantísimo por la justicia que aún no llega y la impunidad). “Marcha”, (un Adelach exquisito), volvió Tito, con “El imaginero de la puna”, y todos apoyamos desde distintas salas, con su trayectoria, estéticas diversas e inconfundibles, las problemáticas actuales.

Nosotros (me incluyo entre los “viejos”) también somos parte de este “enfrentarse con la nada, las sombras y el silencio para que surjan la palabra, el movimiento, las luces y la vida”.

Quiero señalar también como muy importante, el aguante (como lo llaman ellos) a la Escuela Tito Guerra que quieren trasladar a un lugar que no es apto. Nuevamente el teatro resiste. En las vacaciones dieron cursos diversos (docentes, exalumnos, amigos)  gratis. Trabajaron en vacaciones… (Y ahora hacen paro estos vagos).

Noticias, hechos, que invisibilizan y opiniones reñidas con la verdad.

Para terminar quiero decir: ¡Amo el arte! ¡¡Amo el teatro!!

No despiertes jamás del sueño en el que has decidido vivir.

Alguna vez busqué la forma más rápida de morirme o la manera más inteligente de salvarme.

Elegí la segunda… ¡El teatro! …¡Viva el teatro!

 

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