Adrián Villar Rojas, el artista argentino más reconocido en el mundo
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Como artesano, constructor, arquitecto, instalacionista, dibujante, pintor o escultor, lo suyo es pura poesía: tiene 35 años y es de Rosario; expone ahora en la Bienal de La Habana, pero su agenda incluye el Pompidou de París y el Guggenheim de Nueva York.
Su agenda 2015 marea, haciéndolo el artista argentino con mayor éxito internacional de la actualidad. En la primera mitad del año expone simultáneamente en cuatro continentes. Ahora se encuentra en la Bienal de La Habana, donde colocó más de 60 nidos de hornero (aves fieles y laboriosas) en árboles, faroles, aleros de edificios y postes de luz en Casablanca, Habana Vieja, Vedado, Centro Habana y Playa, sedes del encuentro. En marzo dejó inaugurada la obra Planetarium en la Bienal de Sharjah, en Emiratos Árabes. De ahí voló a Estocolmo para montar Fantasma, en el Moderna Musset. En junio, integrará la colectiva Storylines Contemporary Art en el Guggenheim de Nueva York. Julio lo encontrará con una muestra de obras adquisición en el Centro Pompidou de París. Para septiembre, estará a la vez en la Bienal de Estambul, Turquía, y con la muestra individual Two Suns, en la prestigiosa Marian Goodman Gallery de Nueva York. El año no termina ahí. En noviembre inaugura una exposición en la Fundación Sandretto, en Torino, Italia.
«El 90 por ciento de lo que he estado haciendo en los últimos cinco años de mi vida ya no existe más. Soy un artista que está masacrando su propia práctica»
Los nidos que expone ahora en La Habana, están hechos de barro, paja y hierbas: objetos vivientes, algunos naturales y muchos construidos, de incierta durabilidad a la intemperie. Villar Rojas investiga la fricción entre naturaleza y artificio, incorporando al tiempo como una variable, y se esperanza con ver las reacciones de la fauna local. Los nidos ya se han instalado en Nueva York, Zurich, Atenas y en la frontera entre Corea del Norte y Corea del Sur, aunque nunca en tal cantidad, y mezclan barro de origen, Rosario, y de destino.
Hace once años ganó el certamen Curriculum Cero de la galería Ruth Benzacar, con el que despegó su carrera. Sus megainstalaciones han hecho pie en lugares icónicos como el Jardín de las Tullerías, de París, a metros del Museo del Louvre, y el MoMA de Nueva York. Estrenó edificios como la Fondation Louis Vuitton en París, la Serpentine Sackler Gallery y paseos como la High Line neoyorquina.
Villar Rojas no está solo. Para hacer todo lo que hace, tiene un equipo de colaboradores y entiende su tarea como la de un director de una compañía teatral itinerante. Es difícil distinguirlo en medio de su tribu laboriosa, que vive en ropa andrajosa y zapatillas eternamente polvorientas.
Este rosarino imparable de actitud taciturna tiene sólo 35 años. En 2011, para modelar las 25 toneladas de materiales que insumió la escultura monumental El asesino de tu herencia, con la que representó al país en la 54» Bienal Internacional de Venecia, trabajó con dieciséis escultores, constructores, productores y diseñadores. Estuvieron dos meses modelando un cañón de 90 metros y 40 toneladas instalado a pasos de la pirámide del Louvre. Cuando terminó la muestra lo destruyeron, por la imposibilidad transportarlo. Villar Rojas piensa que quizás algún día él no estará y sus colaboradores serán autónomos y seguirán pensando en las mismas ideas. Su obra se mantendrá viva en ellos o en los hijos de sus hijos.