4 diciembre, 2024

HIJOS DE LA TIERRA

 Un análisis exhaustivo del disco que

más satisfacciones le dio al grupo

Lic. María Eugenia Montero

Gracias a sus veinte años de trabajo, hoy todos están mirando a Jujuy, y ellos parados en el umbral del país (a punto de comenzar a desandar el camino internacional) miran al mundo, con el mensaje que siempre los encolumnó y que hoy es universal: el respeto y el amor por la Tierra. Eso lo tradujeron en su último disco, del que ya cerraron su gira nacional de presentación y que quizás sea la marca más fuerte hasta el momento del paso de esta formación musical por distintos escenarios y otros ámbitos. Fue el disco que le dio satisfacciones muy grandes, incluyendo su primera nominación de los Premios Latin Grammy y la presentación en el Luna Park. Ya están en un nuevo proyecto, pero sin dudas el álbum “Hijos de la Tierra” los dejó en un lugar donde nunca antes habían estado. Aquí un análisis de esa producción.

Desde la tapa del disco y desde el nombre, “Hijos de la Tierra”, Los Tekis dijeron eso que siempre manifestaron de distintas formas, pero esta vez con la autoridad que les da el hecho de ya no ser tekis (niños) como en sus inicios, sino músicos adultos, profesionales que han aprendido bastante.

En Jujuy todos sienten la Tierra en sus venas desde que nacen, algunos con más intensidad y practicando el culto ancestral desde sus primeros pasos, trasmitidos por sus padres, y otros asumiéndolo de a poco con el transcurrir de la vida, hasta llegar alguna vez a ser parte de las celebraciones. Lo cierto es que ella, la Pachamama, siempre está y estuvo presente, y se hace presente en los que llegan a nuestras tierras.

Los Tekis (Mauro Coletti, Sebastián López, Pipo Martínez –que todavía formaba parte de la banda en esta etapa- y Juanjo Pestoni) no son ajenos a esta vivencia, y lo han demostrado desde sus inicios. En las distintas etapas de la vida con distintos tonos y con distintas imágenes, con distintos ritmos, discos y sonidos, hasta llegar a hoy con el porte de grandes músicos que ya han dejado un legado y preparan uno más grande para la música y la vida. Hoy con el color y el tono de la madurez, lo dicen de nuevo, con más profundidad: “… Sufre el mundo nuestro cambio/ pero no pierde raíz/ sopla el viento esperanza/ Pachamama”.

Y es que en el corazón de la tierra, en su tierra, encontraron la voz y la respuesta a lo que hay que cantar, y ahora ya ubicados en el corazón de la gente, lo dicen con este décimo quinto trabajo discográfico, y lo transmiten con todos los recursos que pueda.

Pero además, los dos cordobeses que se sumaron a sus filas en los inicios, Walter Sader y Pucho Ponce, también inyectaron a Jujuy en sus venas, y al igual que los Tekis jujeños, son fieles a las celebraciones ancestrales (que cabe aclarar no son jujeñas sino de toda un región que nos incluye a los latinoamericanos).

 

El carnaval… la Pachamama…

Ya pasaron por la etapa en la que hablaron del carnaval (que además también es tierra y existe en consonancia con nuestra Pachamama) desde la alegría de la adolescencia, y desde la inmensidad de su significado. El público de Jujuy, del país y de otros lugares que los escuchó, lo entendió, se compenetró y se fue hasta esa tierra que ellos contaban, ya sea físicamente para palpar su festividad, o emocionalmente encontrando el sentido de nuestra existencia en una cultura ancestral.

Hoy es el tiempo de hablar de ella, es Madre Tierra que inspira y energiza la vida de los hombres. Esa Madre Tierra que merece respeto y cuidado, y ellos saben cómo decirlo para que sus hijos reflexionen.

Después de tanto andar, Los Tekis están situados en el centro de las enseñanzas, y disfrutan y hacen disfrutar de todas sus facetas, la musical que los inició, la cultural que enriquecieron con grandes maestros (“que tuvimos la suerte que se nos crucen en nuestros caminos”, aseguran ellos), la artística combinando colores y fusionando ritmos, la humana que les permitió ser admirados y queridos, la espiritual que les da la lucidez de seguir profundizando, y finalmente la empresarial que les permite entregar lo que entregan en el escenario, vivir de su pasión y dar el mensaje de que la música sí es una opción.

“Hijos de la Tierra”, eso es lo que son, con el cuerpo y la conciencia, porque ya han experimentado lo que de esta “Voz ancestral” le enseñaron los queridos hermanos Chañi (maestros musicales y de buenos sentimientos, maestros del respeto y la dedicación), Isabel Guari (el lutier que crea para sus sonidos pero que demás los acercó a los conocimientos de una Cosmovisión que nos contiene y que debe recuperarse del todo para las nuevas generaciones), Pichón Córdoba (el amigo, el poeta, el sabio que como hermano mayor los guió en el arte y en la cultura), y cuantos otros que los Tekis nunca olvidan y por el contrario, revalorizan en cada una de sus acciones, pasos y palabras.

Con este bagaje es que entregan hoy al país, y luego piensan llevar por Latinoamérica, este disco cuya principal característica es que todas las letras y músicas son propias. Ya conquistaron y ya saben que no necesitan de otra fórmula más que la genuina, para que el público abrace su obra.

Ya tienen los años suficientes en el escenario y en la vida, para decir lo que quieren y como quieren.

La autenticidad y la sencillez del mensaje, son sus banderas, y por sobre todas las cosas, el haber sido siempre consecuentes en la vida con lo que cantaron y mostraron en los escenarios.

 

Los invitados de “Hijos de la Tierra”

Abren sus brazos como la tierra se abre a la humanidad, para crear lazos con todo el que quiera sumarse a su mensaje. Así, artistas de todos los rubros y todas las disciplinas, y de distintos lugares, encontraron en la obra de Los Tekis la frescura, la verdad de la naturaleza, y la alegría de celebrarla, y quieren estar, en sus discos, en sus shows, en sus producciones, en sus caminos.

En “Hijos de la Tierra”, se suma como invitado Cristian “Pity” Alvarez, que con una claridad extrema de pensamiento, dice en la introducción de “Voz ancestral”: “Pachamama Santa Tierra, perdonanos por las cosas que te hacemos; hay veces, sin darnos cuenta… Danos la sabiduría para poder cuidarte, porque no hay una segunda vuelta”. Y no le puso solo la voz a esta producción de los ahora amigos, los chicos de Los Tekis, sino el alma y su creencia en esa participación.

Una gran amiga, Soledad Pastorutti, también forma parte de este trabajo, junto a Sebastián interpretan el tema “Soledad”, un poco de amor en la inspiración.

Kevin Johansen los encontró un día en el camarín del programa televisivo “Sin codificar”, intercambiaron discos y cuando Los Tekis decidieron incluir “Y es amor”, en el disco, pensaron “es una canción para él (por Johansen)” y en el acto aceptó la propuesta. Y sí, la canción tiene su tono, su ritmo, y suena muy bien en combinación con el sonido “teki”.

Mariano Javier Castro, o Dread Mar I, a partir de su invitada en el disco anterior “Rock & Tekis”, dijo “yo quiero volver a estar”, y el deseo fue cumplido. Los Tekis lo querían en su trabajo nuevo y él quería estar. Juntos hacen “Fácil”, el trabajo en combinación.

Y el toque tanguero también tiene su lugar, en el tema “No soy aquel”, participa Guillermo Fernández, más conocido como “Guillermito”, más allá de ser hoy un hombre maduro. Él es quien deleitó a otras generaciones con su joven voz tanguera en “Grandes Valores del Tango” (el programa por excelencia del dos por cuatro, que conducía Silvio Soldán). Su carrera sigue vigente y es también un gran amigo de Los Tekis. Este letra, bien tanguera en su contenido, tenía que ser con él, y también aceptó agradecido.

Finalmente, el afecto y la admiración desde la humildad y la generosidad, hace que en este disco, dieran un lugar pero a la vez se dieran un gusto, porque tocó por primera vez en la historia de Los Tekis, otro aerofonista que no sea Mauro. Se trata de Jorge Guari, hijo del maestro Isabel Guari, a quien vieron crecer y a quien hoy valoran desde lo personal y desde lo musical profundamente.

 

El envoltorio

 

El arte de tapa no tiene sus fotos, tienen sus sellos, sus toques identitarios, esos que le dieron el merecimiento de ser embajadores de nuestro país en el mundo a través del reconocimiento Marca País.

En la portada, el símbolo de la Pachamama, en todos los colores cálidos de su lugar de origen, ese círculo que nos adentra y contiene en su seno, nos lleva y nos entrega. Más allá en las páginas del cancionero que incluye todas las letras de este trabajo, inéditas y profundas, cada detalle es un enlace a sus costumbres.

Y es que ya no hacen falta sus fotos, porque Los Tekis se reconocen desde todo lo demás, sonido, color, clima, mensaje….

 

La Pachamama en los changos

Vivir la Pachamama es un proceso que comenzó con la imagen de sus madres cuando niños, poniendo el carbón al fuego para sahumar la casa.

A medida que fueron creciendo, fueron conociendo más de la cultura y asumiendo con más profundidad el sentido de la ceremonia. Fueron entendiendo por qué la felicidad de la cosecha en tiempos de carnaval, por qué la gente abre las puertas de su casa y está contenta, tan contenta como para dar su mejor cordero.

Hubo un momento en que Los Tekis empezaron a vivir ese proceso y a la vez contagiando a sus hermanos, primos, que tenían adentro ese concepto pero no lo vivían de esa manera, y a mucha gente que a Jujuy para conocer la Pacha.

Es un proceso que fueron madurando y que hoy sienten que tienen la responsabilidad de hacer conocer.

La gente que conoce esta cultura y esta fiesta, de la mano de Los Tekis, vive después de otra manera el amor por la tierra.

Los Tekis lo cuentan de una manera muy intensa, contagiosa, con otra energía.

La traducción luego de esa vivencia a la música y los espectáculos se da naturalmente.

 

 

El fenómeno de “atekizar”

La gente que los sigue con el tiempo, se fue “atekizando”, por decirlo de alguna manera, y los pares de la música por más que vengan de otros palos, también.

Aunque no hablen de la tierra, su ritmo y su sonido llevan a cualquiera hacia Jujuy. Incluso hasta en el sonido, más allá del ritmo o del estilo que toquen, está Jujuy. Por esto hasta cuando hicieron temas del rock nacional en el disco anterior, el público los identificó.

Con casi 25 años en los escenarios, “atekizar”, implica que los grupos de todo el país hayan incluido en alguna oportunidad un carnavalito, un huayno, o las quenas y los charangos, y esos fueron finalmente los temas de corte de sus discos.

“Atekizar” de alguna manera implica que el auge que tuvo el folclore salteño en los 60’, y unas décadas después el folclore santiagueño, este tocando hoy al folclore jujeño.

 

Sobre este disco, Los Tekis dicen:

Mauro: “Es de alguna manera un quiebre a partir de una apuesta grande como fue ‘Rock & Tekis’, redoblamos la apuesta, para meses después salir con un disco con canciones propias enteramente”.

 

 

Juanjo: “Uno internamente siempre trata de hacer lo que siente en el momento, pero sí  hay una madurez que se va generando disco a disco y que va proponiendo cosas distintas, nuevas, mejores.

 

Sebastián: “Es muy importante esto que está pasando en el mundo más allá de lo cultural, hay una mirada hacia la cordillera que es el pulmón del mundo. El hombre se está haciendo cargo de lo que está pasando con este problema climático tremendo, que mucha gente lo ve y otra no. Nosotros, que tenemos la oportunidad de tener publico que nos escuche, de grabar y decir cosas, tenemos la responsabilidad de decirlo. Tenemos un solo mundo y tenemos que tratar de que quede lo mejor posible para nuestros hijos y nietos. Me parece que es un mensaje muy importante el de tocar el tema de la Pachamama no como algo cultural simplemente, sino pensándolo desde la ecología.

Ha corrido mucha agua debajo del puente. Ya no somos ‘tekis’, somos changos de 35 años, y cada palabra, que decimos es con una vivencia por detrás, con un sentimiento, con el corazón. Con mucho recorrido, es más fácil escribir”.

 

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